DUELO A UNA VIDA PERDIDA POR UNA RÁPIDA DECISIÓN

Susan A. Walders


He leído en el periódico muchas cartas, artículos y ensayos de mujeres que "nunca" eligieron abortar; de mujeres que apoyan el derecho de elegir de toda mujer. Después de horas de recapacitar, han elegido una de varias formas de abortar.

Yo soy una de aquéllas que no pensó antes de abortar. Talvez al compartir la historia de mi peor decisión pueda yo ayudar a otras mujeres en esa decisión.

Era la primavera de 1985, en mi primer ano de "college", de regreso de mis vacaciones de invierno. Tuve que pasar dos semanas en la enfermería, sufriendo del flu.

Aún después de regresar al dormitorio, continuaba teniendo problemas de mantener la comida. El doctor en el centro médico decidió hacer un exámen más. Me dijo: "Deme un ejemplar de orina, veremos si encontramos el problema".

Mi próxima visita al doctor fué una de varias que se repiten en los "college campus". El doctor me dijo que yo estaba en cinta. "Qué quieres hacer?" me preguntó.

"Me quiero salir de ésto," le dije, sin pestanear.

El tranquilamente escribió el número de teléfono y dirección de un Planeamiento Familiar local y me aseguró que estará disponible si yo necesitaba algo más. Yo supuse se refería a una consejería. Lo que yo quería era tener una cita con el aborcionista.

Me sentí irritada cuando descubrí que necesitaba una cita preliminar de consejería antes de poder conseguir el "procedimiento". La tal "consejera" me preguntó si estaba segura que deseaba abortar y le dije que sí.

Eso fue todo. Sin ninguna información sobre el embarazo ni el nacimiento, tampoco una lista de alternativas, ni se habló acerca de ser madre. Me sacaron sangre, me pesaron y consiguieron un pequeno historial médico.

El día senalado llegó. Me sentía nerviosa, había mucho que hacer. Necesitaba preparar un discreto medio de transporte de regreso al college. Mi novio no quiso molestarse en ayudarme. Tuve que elaborar una disculpa por faltar a mis clases esa manana y necesitaba conseguir dinero para pagar el aborto.

Mi madre, pobre de ella, estaba sorprendida sobre mi embarazo. No tuve problema en pedirle que me ayudara con el dinero. Lo que no le pregunté fue su opinion a qué debería hacer yo, qué decisión haría ella si estuviese en mi lugar, ó, qué le parecía mi decisión.

No pude oir su preocupación por mí cuando hablamos por teléfono. Era evidente que yo no puse atención. Ni siquiera hablamos sobre el tema hasta más tarde. Entonces fué cuando supe que se oponía al aborto. Ella me hubiese apoyado durante el embarazo, y, aún más, si fuera necesario se encargaría del bebé. Esta conversación se hizo muy tarde.

Hasta este día ni siquiera sé lo que pensaría mi novio sobre ésto. No me importaba. Ni le dí la oportunidad de importarle. Ese debe ser el motivo porqué él se distanció tanto por lo que hice.

El día del "procedimiento" llovió. Fue sorpresivamente simple y relativamente sin dolor. Mas tarde yo me sentí cien por ciento mucho mejor. El nausea paró. Tenía dolores musculares, pero aquello no me molestaba.

Si alguien me preguntara entonces cómo me sentía acerca de lo que acababa de hacer, yo le diría, "Oh, estoy contenta, me regresó la salud, me regresó la vida".

Si, pregúntame ahora!

En este momento, estoy llorando.

Qué dura fuí. Como una nena, realmente. Centrada en simisma y superficial. Existían entonces, como ahora existen, muchas otras alternativas.

Todavía me asombro de ver mis dos maravillosas creaturas. Mi hijo de seis anos desea haber tenido un hermano mayor. Qué triste; el casi tuvo uno. El y mi hija son las personitas más dulces que haya conocido en mi vida.

Aún más, me siento humillada al ver mi amiga Amy. Ella sufrió tanto por la creatura que perdió que le dió un nombre y un cepelio. Mientras que yo, ni siquiera le di un segundo chance -hasta cuando yo crecí.

Para toda mujer que se encuentre en la posición que yo me encontraba: por favor, habla con toda persona que te sea importante. Habla habiértamente, con honestidad y considera otras alternativas fuera de las tuyas.

Para aquellas activistas por-vida quienes piensan que tácticas de miedo y bombardeos puedan ayudar, yo les digo, sólo acompanen a parejas que quieran adoptar a las clínicas de aborto. Aquellas parejas interesadas en adoptar no deben de buscar anuncios en los carteles y periódicos para encontrar un bebé.

A los aborcionistas, yo les digo, que den mejores informaciones y consejería a las jóvenes. No puedo decir por seguro, pero yo no cometería tal error si hubiese sabido que los malestares por la manana se van y en ese momento quizás habría alguien buscando un bebé para adoptar como el mío.

Para las mamás, habla a tus hijas e hijos lo que tú sientes. Está preparada a explicar tus sentimientos sobre ésto antes que sea muy tarde. Está absolutamente segura que ellos han escuchado tus opiniones sobre el sexo, el embarazo y el aborto. Aunque ellos te pregunten o no, háblales porque ellos tarde o temprano van a necesitar tu guía.


Reimpreso con permiso del Rochester, NY Crónica Demócrata.

OPCIONES - ELIJE
Las mujeres que están embarazadas y trabajan o estudian pueden informarse comunicándose con Feministas Pro Vida.

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