LA PEQUENA COBIJA CON
CORDERITOS

Jeanne Pryor

Cuando estaba en high school, a las estudiantes se les ensenaba acerca de la lucha de ser demasiada jóven para mantener una creatura, noches sin dormir, pérdida de amistades, gastos, y planes en la vida para más tarde- como parte de un esfuerzo para prevenir embarazos entre jóvenes. Yo nunca olvidé esas lecciones. Pero nadie me ensenó sobre el impacto de estar embarazada. Yo tuve que aprender esas duras ensenanzas por mí sola.

Estaba en bachillerato por un mes, cuando tuve que afrontar un embarazo inesperado. Todo lo que aprendí en high school acerca de ser madre se hizo real demasiado pronto. No tuve grupos de apoyo -yo vivía lejos de familiares y no tuve el chance de hacer nuevas amistades. La relación con mi novio de muchos anos se estaba deshaciendo. Ni aún yo había conseguido trabajo. Compartía un pequeno y arruinado departamento con dos personas porque no podía pagar los gastos yo sóla. Si me quedaba con mi creatura, dónde viviría? Los cuartos para estudiantes no tenían faciliades para ninos. Quién cuidaría mi bebé mientras yo estaba en clases? Como podría pagar? Estaba sentada en una esquina en mi cuarto haciéndome estas preguntas cuando mis pensamientos fueron interrumpidos por la bulla de los constructores que edificaban un nuevo complejo de millones de dólares.

Todo lo que yo sonaba estaba siendo atacado. No quería nada más que dar vuelta al tiempo y deshacerme de este embarazo y reclamar mi vida anterior. Así que empecé llamando a clínicas de aborto.

Lo que nunca me dijeron en el high school era que tu no puedes dar vuelta al tiempo ni regresar a donde tu estabas antes. Muchas mujeres me decían que sabían que estaban embarazadas después de concebir. Yo lo sube también. No me sorprendieron ni la fatiga ni cuando no me llegaba la regla. Aunque quisiera o no, yo llegé a ser madre de un bebé -mi primer bebé, un bebé que no será como otro.

Nadie te dice los dolores intensos que tendrás acerca de esta pequena criatura. Sientes terror de perder lo que deseas en la vida, al mismo tiempo que te ves abrazando un bebé. Un minuto estoy recibiendo datos sobre un aborto trimestral; luego estoy comprando una sonaja, botitas, una pequena cobija decorada con corderitos, y uno de todo.

Era como un viaje por la montana rusa, y al final, mi bebé hizo la decisión por mí. Lo perdí. Recuerdo que una vez le decía a una amiga cuán afortunada era yo de haber perdido al bebé y no tener que pagar por un aborto. Esas palabras vinieron a perseguirme. Nadie me dijo cuán dolorosos son las retorcijadas o cuán sangriento es ésto. Nadie me dijo que todo esto dura lo que se siente una eternidad mientras casi no se puede hacer nada. Nadie me dijo el miedo que sufriría, el sentirme sin poder y la desesperación que sentiría mientras esta pequena vida se desliza de mi. Yo no sabía que lloraría cada vez que yo viese un pequenín meses después. El Día de la Madre y la fecha de nacer de mi bebé me dolieron por muchos anos. La pérdida de esta creatura dejó un hueco en mi vida. Nadie me dijo que yo nunca mas seré la misma persona.

Y finalmente, yo no sabía cuán pocos me consolarían y me apoyarían. Si solo tuviese la oportunidad de unirme a esa creatura. Así que nadie pudo comprender mi dolor, en particular porque no fué planeado el embarazo. Luego fué mi turno el oir una amiga decirme cuán afortunada era yo haberlo perdido y librarme del costo de un aborto. Muchas de mis amistades se olvidaron que una vez estuve embarazada. Cuando discutíamos sobre el aborto, me imaginaba cuánto dolor experimentara una mujer que atraviesa por la trajedia del aborto. Pero me dijeron que yo no sabía lo que era pasar por una crisis de embarazo. Amistades con buenas intenciones me decían que yo podía tener un bebé en un momento mas conveniente. Mas yo tengo una pequena cobija adornada con corderitos y el bebé que la usaría ya no está.

A través de los anos, encontré consuelo hablando con otras mujeres quienes perdieron al bebé o pasaron por un aborto. Nos unimos en la pérdida. Mi esposo y yo esperamos un bebé esta primavera. Este bebé nunca podrá sustituir al primero, por lo menos ahora esta maternidad la puedo asociar con gozo y no con dolor. Así que te diré lo que nadie me dijo -que si una mujer que tu conoces ha perdido su bebé o ha abortado, abrázala, deja que llore en tus hombres, y dile que sientes mucho por su pérdida. Es tan simple pero significa tanto.


Jeanne Prior sirve como Vicepresidenta de Políticas para el Público de FFL.

OPCIONES - ELIJE
Las mujeres que están embarazadas y trabajan o estudian pueden informarse comunicándose con Feministas Pro Vida.

Mánde este Email a un amigo.
Haga clic aquí para imprimir esta página.

© 2004 Feminists for Life